Tiene efectos profundos en el sistema digestivo, ayudando tanto en la digestión física como en la "digestión emocional", liberando traumas y energías negativas no procesadas. Tradicionalmente, su corteza se utiliza en decocciones para la inflamación, artritis, y como antifúngico, antibacteriano y afrodisíaco.
El látex que exuda de sus heridas también es considerado protector contra la brujería. Además, contiene compuestos antiinflamatorios y anticancerígenos. Energéticamente, el tamamuri es cálido y terroso, ayudando a aquellos que necesitan procesar emociones y superar miedos profundos, favoreciendo una conexión más fuerte con la tierra y el cielo.
Es un árbol maestro que ayuda a limpiar las cargas transgeneracionales y cortar con lazos o pactos ancestrales que nos afectan y enferman.